PeruBiotec rechaza el dictamen de moratoria de ingreso y producción de transgénicos en Perú
2011 el Congreso de la República del Perú prohibió por 10 años la siembra de cultivos genéticamente modificados en Perú, mediante la aprobación de la Ley 29811, conocida como Ley de Moratoria a los Transgénicos. Según PeruBiotec esta decisión fue promovida por ONGs, grupos activistas y políticos que están en contra de los transgénicos, dejando a un lado el soporte científico y económico.
PeruBiotec señala que es realmente absurdo prohibir una tecnología que ha sido adoptada rápidamente por los agricultores a nivel mundial y que ha traído beneficios e impacto positivos en los países que lo han adoptado, pero sobre todo, en los países en vía de desarrollo.
“El área mundial sembrada de cultivos transgénicos sigue aumentando anualmente, y ya supera las 2.500 millones de hectáreas cultivadas en 26 países del mundo… Los beneficios e impactos obtenidos han sido contundentes: una reducción del 37% en el uso de pesticidas; un aumento del 22% en el rendimiento de los cultivos; un incremento del 68% en los beneficios económicos para los agricultores, mayormente pequeños, y un impacto global más significativo en los países en vías de desarrollo” así lo afirman en el pronunciamiento.
En cuanto a su seguridad señalan que a lo largo de las dos décadas y media del uso de los cultivos transgénicos a nivel mundial, no se ha encontrado un solo estudio científico que demuestre algún daño a la bioseguridad, a la salud humana o al medio ambiente a nivel mundial. Más de 250 instituciones y organizaciones alrededor del mundo reconocen la seguridad de estos cultivos.
Conoce más sobre la seguridad de los cultivos transgénicos
Según el pronunciamiento de PeruBiotec se estima que la no adopción de los cultivos transgénicos en Perú durante los nueve años de vigencia de la moratoria ha significado una pérdida potencial de 8.000 millones de dólares para el agro peruano. Durante este periodo los cultivos en Perú reportaron un bajo rendimiento, lo que hace que no sean competitivos con el mercado, afectando el bolsillo de los pequeños agricultores y la economía del país.
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