Soya transgénica tiene luz verde para consumo en Europa

soya transgénica, cultivo de soya

La soya transgénica ha sido oficialmente autorizada por la Comisión Europea para su comercialización y uso en alimentos, piensos y productos derivados, con la única excepción del cultivo. 

Esta aprobación se enmarca en el Reglamento (CE) n.º 1829/2003 y llega tras una evaluación científica favorable emitida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que concluyó que esta variedad modificada es tan segura como sus equivalentes convencionales.

La variedad de soya combina tres mejoras genéticas que le otorgan dos características clave: un perfil mejorado de ácidos grasos y tolerancia a herbicidas. Esto significa que puede ofrecer beneficios nutricionales y facilitar el manejo agronómico al permitir el uso más eficiente de herbicidas en su producción. 

Impacto de la soya transgénica para consumidores y productores

La autorización de esta soya transgénica no permite su cultivo en suelo europeo, pero sí su importación y uso en la industria alimentaria y pecuaria. Esto es especialmente relevante para países de la Unión Europea que dependen de importaciones de soya para alimentar animales o para ingredientes procesados en productos de consumo humano.

El proceso de aprobación ha sido largo y meticuloso. Desde su solicitud inicial en 2015 por parte de Monsanto Europe (hoy parte de Bayer), los datos fueron evaluados durante años hasta que en 2024 la EFSA dio su visto bueno, tras comprobar que no hay riesgos para la salud ni para el medio ambiente asociados a esta variedad.

Además de sus beneficios agrícolas, este tipo de desarrollos puede contribuir a la sostenibilidad, ya que el mejoramiento del perfil de ácidos grasos podría reducir la necesidad de otras fuentes grasas, y la tolerancia a herbicidas permite técnicas de producción más eficientes y con menor impacto ambiental.

¿Por qué importa esta decisión en el contexto global?

La soya transgénica autorizada en Europa es parte de una tendencia mundial: países como Brasil, Argentina, Estados Unidos y Canadá ya cultivan y exportan masivamente estas variedades. Para la Unión Europea, esta aprobación no solo garantiza el abastecimiento seguro de materia prima vegetal, sino que también respalda la ciencia detrás de la evaluación de riesgos y la regulación de organismos modificados genéticamente (OMG).

Este tipo de decisiones también ayudan a mantener un sistema comercial abierto y basado en evidencia científica, lo cual es vital para una cadena alimentaria global segura y resiliente.


Fuente
https://www.isaaa.org/kc/cropbiotechupdate/article/default.asp?ID=21425

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