¿Cómo puede la biotecnología evitar la extinción del plátano?
¿Cuál fue la última vez que probaste un plátano? Probablemente hace muy poco tiempo. Aprovecha esta oportunidad, ya que probablemente en un futuro cercano podrías no volverlo a probar. La extinción del plátano puede estar cerca. Esta es la segunda vez que esta fruta se enfrenta a una amenaza y, basándose en la experiencia anterior, existen motivos para preocuparse.
Hasta 1950 el plátano tenía algunas características diferentes de las que conocemos hoy, como por ejemplo el gusto y la apariencia. En aquella época, la variedad plantada era conocida como Gros Michel. Era cultivada principalmente en América Central y exportada a todo el mundo.
La producción de plátanos se realiza por medio de la producción de clones de una sola planta madre. Los plátanos son híbridos que carecen de semillas y se reproducen a partir de sus nuevos tallos o partes de las raíces.
Por un lado, esta técnica es ventajosa pues todas las plantas son iguales (presentan el mismo tamaño, color y sabor) y luego se pueden cultivar de la misma forma. Lo que es extremadamente práctico para los productores y la industria.
Por otro lado, al plantar de esa manera, estamos creando clones de una sola planta y eso hace que todos los plátanos sean genéticamente iguales. Así, si un microorganismo consigue infectar una planta, será capaz de infectar a todas. La clonación disminuye la diversidad genética, que es extremadamente importante para que exista variabilidad de genes. Esto es fundamental para el desarrollo de plantas resistentes a organismos que pueden causar enfermedades. La diversidad genética puede evitar que un solo microorganismo acabe con una especie vegetal y es la base para el mejoramiento genético.
Mal de Panamá y la extinción del plátano
En la década de 1890 los productores de plátanos se enfrentaron a un hongo mortal, el Fusarium oxysporum o Mal de Panamá. Este hongo vive en el suelo y entra en contacto con la planta por la raíz. Él impide que la planta absorba agua y nutrientes del suelo, llevándola a la muerte.
La enfermedad fue identificada por primera vez en Panamá y por eso fue conocida por el nombre del local. En 1950 los productores de plátanos Gros Michel perdieron la guerra contra el hongo. El Fusarium oxysporum no fue eliminado por ningún fungicida o defensivo agrícola, permaneciendo en el suelo.
En esa época, el virus ya se había extendido por todo el planeta y ya no existía área viable para las plantaciones de plátano. Como los plátanos eran genéticamente igual, la devastación fue inevitable. Cuando un plátano se enferma, había una enorme oportunidad de que todas las demás también se enfermaran. Este escenario era aún peor cuando las plantas estaban en contacto unas con otras o muy próximas, exactamente lo que ocurre en los cultivos. Si no tienes más de 70 años, probablemente nunca probaste un plátano Gros Michel. Dicen que era más dulce y sabroso.
La salvación del cultivo
Un plátano conocido como Cavendish, cultivado en un palacio en Inglaterra, era genéticamente diferente de la Gros Michel. Para la suerte de los productores, esta variedad fue capaz de resistir al Mal de Panamá y pasó a ser pcultivada en las regiones que estaban infestadas por el hongo. Actualmente los plátanos Cavendish son los más conocidos. En Brasil, se les llama plátanos de agua. A pesar de que hoy existen algunas variedades diferentes, como la “manzana” y la “plata” (plantadas en Brasil y susceptibles al Mal de Panamá), Cavendish es el más producido y comercializado por el mundo.
Un nuevo riesgo de extinción del plátano
A pesar de este contexto actualmente, el plátano está corriendo un riesgo una vez más. El hongo del Mal de Panamá ha evolucionado y ahora amenaza también las plantaciones de Cavendish. Como la forma de producción de plátano no cambió (los agricultores continúan utilizando clones), las plantaciones de Cavendish están en peligro porque no presentan ninguna resistencia contra el nuevo Fusarium oxysporum. Esto puede llevar a la extinción del plátano. El nuevo hongo que es aún más agresivo fue descubierto en la década de 1990 en el sur de Asia.
Hoy ya se encuentra en Australia y los países del norte de Asia, como China, uno de los mayores productores de plátanos en el mundo. Más de 10 mil hectáreas de plantaciones de plátano Cavendish ya han sido destruidas en el país.
Biotecnología para salvar los plátanos
Para que la extinción del plátano no ocurra, es necesario impedir el avance de la enfermedad por medio de medidas de control de exportación / importación. Por su parte, los científicos están trabajando con el objetivo de encontrar o desarrollar una nueva variedad que sea resistente al hongo y que agrade al paladar de la población mundial.
Debido a la forma en que el plátano siempre ha sido cultivado, encontrar variedades genéticamente diferentes es raro. Sin embargo, ya se encontró un plátano en la isla de Madagascar, que apesar que se encuentra en peligro de extinción, podría servir como fuente de genes de resistencia y salvar la producción de la fruta. Puede contener genes de interés que podrían transferirse a Cavendish por cruce o por técnicas de biotecnología.
La biotecnología, por otra parte, puede ayudar a aumentar la variabilidad genética de estas plantas mediante la inducción de mutaciones en el cultivo y también por el desarrollo de plantas modificadas genéticamente. Estas aplicaciones fueron facilitadas por la secuenciación de los genomas del hongo y de la planta en 2012 y 2013, respectivamente.
Otra alternativa fue la encontrada por investigadores de Holanda. En un intento de producir plátanos sin usar tierra, donde el hongo vive, lograron cultivar plátano en invernaderos utilizando fibras de coco y lana mineral como suelo.
Plátanos de Brasil
En Brasil, el plátano se cultiva de norte a sur, colocando al país como cuarto mayor productor de plátanos del mundo. La fruta es la más consumida en el país. Como el hongo mortal aún no ha llegado al país, las medidas preventivas deben ser adoptadas y, en paralelo, invertir en la investigación por variedades resistentes.
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