Cinco formas en las que los OGM benefician al medio ambiente
Usando la biotecnología, los investigadores pueden hacer cambios pequeños y precisos a los cultivos para el beneficio de los seres humanos, los animales y el medio ambiente. Para lograr su comercialización, los cultivos transgénicos deben aprobar un riguroso esquema de pruebas que garanticen su seguridad; lo que los convierte en los cultivos más evaluados de la agricultura, mucho más que su contraparte convencional.
Teniendo en cuenta los desafíos que nos plantea el cambio climático, es importante reconocer algunos de los beneficios ambientales de los cultivos transgénicos.
Los organismos genéticamente modificados (OGM) disminuyen el uso de insumos agrícolas
Los cultivos modificados genéticamente con la característica de resistencia a insectos producen su propio plaguicida específico para ciertas plagas (proteínas Bt). Esto significa que los agricultores no necesitan realizar tantas aplicaciones en sus cultivos. Diversos estudios científicos han demostrado que las proteínas Bt son mucho más seguras que algunos plaguicidas utilizados en la agricultura convencional.
A estos se le suman los cultivos genéticamente modificados con la característica de tolerancia a herbicidas, las cuales pueden resistir las aplicaciones sin verse afectadas. Esto se traduce en mejor producción por la eliminación exitosa de las malezas, las cuales pelean con las plantas por los nutrientes del suelo.
Los OGM han reducido el uso de insumos de control agrícola en un 37% y han permitido a los agricultores reducir drásticamente su dependencia a estos.
Los cultivos genéticamente modificados (GM) permiten un mayor rendimiento sin aumentar las áreas de siembra
Los OGM aumentan el rendimiento de los cultivos pues requieren menos cantidad de área de cultivo que otras alternativas de cultivo. Este beneficio evita que se deban talar bosques o invadir praderas para aumentar las tierras de uso agrícola. De esta manera, los OGM presentan un beneficio para la biodiversidad, al no tener que invadir el hábitat de diferentes especies y tener un impacto ambiental mucho más suave que las otras alternativas agrícolas.
Los OGM aumentan la agricultura sin labranza
La labranza se utiliza, entre otras cosas, como un método de manejo de malezas; pero, también elimina los nutrientes del suelo, causa más erosión y, lastima a las lombrices de tierra, las hormigas y otros organismos del suelo.
Debido a que los cultivos resistentes a los herbicidas no requieren de una eliminación mecánica de las malezas, usando tractores y pulverizadoras, los agricultores que optan los sembrar semillas transgénicas no necesitan hacer tanta labranza del suelo.
Los OGM salvan insectos beneficiosos
Debido a que los OGM resistentes a los insectos, que utilizan las proteínas Bt, solo afectan a un grupo específico de plagas, tiene poco o ningún efecto en cualquier otro insecto. Esto significa que los insectos beneficiosos que antes morían por la aplicación de insecticidas de amplio espectro, ahora sobrevivirán en los cultivos transgénicos que no necesitan de estas aplicaciones.
Los OMG reducen las emisiones de dióxido de carbono
Debido a que los OGM reducen el uso de insumos agrícolas y la labranza, los cultivos transgénicos requieren menos uso de combustibles para tractores y pulverizadoras. Por lo tanto, el uso de esta tecnología permite tener una menor huella de carbono y ser más respetuosos con el medio ambiente.
Con información de Medium Corporation