La evaluación y la gestión del riesgo identifican y minimizan los efectos negativos potenciales que tendría un OGM en la salud humana y el medio ambiente, y son los elementos fundamentales a la hora de decidir si se usa o no un producto biotecnológico.
Sin embargo, estas dos medidas técnicas no servirían para que el público conociera y aceptara la biotecnología como una herramienta de mejoramiento de cultivos.
Es sólo a través de la comunicación del riesgo que se completa el proceso integral de la bioseguridad.
Objetivos de la comunicación del riesgo
- Educar al público acerca de la evaluación y la gestión del riesgo realizada a un OGM
- Informar al público acerca de los riesgos específicos y de las acciones que se llevan a cabo para mitigarlos
- Mejorar el conocimiento de los comunicadores sobre los valores y las preocupaciones públicas
- Proporcionar un mecanismo para que el público pueda expresarse
- Incrementar la confianza y la credibilidad mutua
- Reducir los conflictos y controversia
- Promover la transparencia en los procesos regulatorios.
- En el ejercicio de comunicar sobre biotecnología y bioseguridad uno de los aspectos que presenta gran complejidad es el de superar las percepciones negativas que se encuentran presentes en la opinión pública.
Por esta razón, a través de la experiencia de comunicación a lo largo de los años y de las lecciones aprendidas, surgieron cuatro principios claves para informar sobre los riesgos.
Principios de la comunicación del riesgo
- Aceptar e involucrar al público como un socio legítimo
- Proveer información suficiente a través de fuentes dignas de crédito
- Comunicar con honestidad, franqueza y receptividad
- Comunicar con proactividad